Conozco a un vendedor de hielo que usa una camisa de franela con botones de perla del tamaño de un dólar, que arrastra un bloque de cuarenta y cinco kilos hasta la heladera de una taberna, se sirve jamón frío y pan de centeno, le dice al cantinero que hace más calor que ayer y que mañana va a hacer más calor todavía, por Dios, y se va con la cabeza al aire y sus dos puños ásperos. Los sábados a la noche se gasta más o menos un dólar en una mujer de noventa kilos que lava platos en el Hotel Morrison. Se acuerda de que cuando se organizó el sindicato les rompió la nariz a dos carneros y aflojó las tuercas y entonces una mañana se les salieron las ruedas a seis carretas distintas, y él salió a ver cómo el hielo se derretía en la calle. Lo único que lamentaba era que uno de los carneros le había mordido los nudillos de la mano derecha y entonces le sangraban cuando llegó a la taberna a contarles a los muchachos.
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un precursor de francis alys
Oh todos estos poemas de qué libro son, querido? Son muy buenos 🍃 gracias